viernes, 3 de junio de 2011

TEXTO DE CARÁCTER NARRATIVO PARA INTRODUCIR A LOS NIÑOS EN EL TEMA CENTRAL DE LA SITUACIÓN-PROBLEMA

LOS ALBORES DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
La fracasada conspiración de Valladolid tenía ramificaciones en algunos lugares de la Intendencia de Guanajuato, particularmente en San Miguel el Grande, donde el capitán Ignacio José Allende trató con algunos compañeros de armas sobre la conveniencia de formar un gobierno autónomo en la Nueva España.
En estas Juntas se adoptó el plan de aprisionar a los españoles y darles garantías para que pudieran volver a su Patria, establecer un gobierno nacional y solicitar ayuda de los Estados Unidos en caso necesario.
Los conjurados trataron de extender su radio de acción a otros lugares, invitando a los clérigos y militares criollos descontentos del régimen español. Así se extendió su acción a Querétaro, que con el tiempo llegó a ser el principal foco de la insurrección.
Con la apariencia de reuniones literarias, se celebraban en Querétaro juntas de carácter político, a las que concurrían los licenciados Laso y Altamirano, los comerciantes Epigmenio y Emeterio González y algunos militares entre los que destacan: Arias, Allende y Aldama, que iban desde San Miguel.
Esta forma de proceder les permitía abordar asuntos relacionados con el proyecto para iniciar la revolución independentista, subsistiendo el mismo plan de reunir una Junta Nacional que gobernase la Colonia en nombre de Fernando VII. En este sentido, el objetivo era arrebatar el mando a los europeos y sustituirlos con criollos.
Los conjurados contaban para el éxito de su empresa con la simpatía del corregidor Miguel Domínguez y con la colaboración entusiasta de su esposa, doña Josefa Ortiz de Domínguez. Ambos tenían una visión más o menos clara de las aspiraciones de los miembros del grupo, razón por la cual, disponían tiempo, dinero y esfuerzo para cristalizarlas durante las conspiraciones.
A principios de 1810, los conjurados pensaron en la conveniencia de nombrar jefe del movimiento a un eclesiástico ilustrado y de prestigio, para vencer los temores y escrúpulos que el proyecto pudiese despertar entre la gente por considerarlo irreligioso e ilícito. Esta primera reflexión fue la punta de lanza para elegir al mejor postor, quien tendría en sus manos, la posibilidad de cambiar el rumbo de la Nueva España.
Se aprobó la idea y Allende propuso para el efecto a don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de Dolores, que tenía la reputación de sabio, era de ideas progresistas y tenía muy buenas relaciones con el futuro obispo de Michoacán, don Manuel Abad y Queipo, y con el Intendente de Guanajuato.
Se comisionó a Ignacio Allende para tratar el asunto pero el cura se excusó diciendo que aunque estaba convencido de que la Independencia sería útil para el reino, no podía participar en el proyecto porque su falta de madurez podía poner en peligro el éxito de la empresa. No obstante, el militar reiteró su deseo por involucrarlo en el movimiento pues sabía que el reconocimiento social que lo caracterizaba, era una ventaja para lograr sus objetivos.
Tiempo después, ante las insistencias de Allende y frente a la evidencia de que gran parte de la población estaba en desacuerdo con la situación del virreinato, Hidalgo aceptó la invitación convirtiéndose desde entonces en el alma y cabeza del movimiento armado hasta que…
La evolución de México (2004). Ángel Miranda Basurto (Adaptación).

No hay comentarios:

Publicar un comentario